lunes, 15 de mayo de 2017

La leyenda del cosmonauta rojo



Hubo un tiempo dicen, en que los humanos viajaban al espacio. Competían entre sus potencias mundiales para lograr llegar mas lejos, en lo que se conoció como la Carrera espacial. Dicha competencia tuvo lugar en tiempos convulsionados conocidos como la Guerra Fría. Una guerra sin luchas ni confrontamientos armados directos.
Entre toda esa bataola, un nombre se rescata por encima del resto. Y como quien dijera alguna vez antes de partir al espacio... !Poyejali! (!Vámonos!)
Yuri Gagarin nació en 1934, Klúshino, provincia de Smolensk, en la antigua Unión Soviética. Hijo de padres campesinos, nació y se crió en una granja colectiva. Los famosos Koljós.
Durante la segunda guerra mundial, su pueblo, bien al oeste de la Unión Soviética, fue ocupado por las tropas alemanas del tercer reich. Su casa, en particular, ocupada para uso de operaciones por generales nazis. La familia se refugió en una casa de barro construida por el padre de Yuri.
Durante mas de año y medio, la familia Gagarin pasó todo tipo de penalidades y carencias, hasta que fueron liberados por los soviets, cuando la guerra terminaba con la indefectible derrota de Hitler y su cosmovisión de un mundo de y para los arios.
La garra eslava pudo, a costa de millones de vidas rusas, con el odio de la bestia aria alemana. El Homo sovieticus vencía, y ahora era la hora de mirar mas lejos en occidente, hacia los nuevos enemigos. Los Norteamericanos y su mega producción de cultura de masas capitalista.
Secos, austeros, los soviéticos tenían menos brillo y esplendor para ofrecer al mundo. Sin embargo contaban con mentes brillantes. Ingenieros, matemáticos, físicos y astro físicos, del mas alto nivel, así también como los mejores ajedrecistas del mundo conocido.
Pero a Yuri no le interesaba el ajedrez, sino mas bien ser piloto y volar. Volar como vio volar centenares de aviones cuando era chico, durante la segunda guerra mundial. Como vio pasar un avión soviético en llamas por encima de su cabeza, en una tarde de particular combate aéreo entre los halcones de Hitler y la modesta flota aérea de Stalin. Y como vio caer la nave de su compatriota cerca de los campos de la casa. Y junto con un amigo rescatar al piloto soviético, quien agradecido le regalaría una estrella roja.
Desde ese día Yuri supo que quiso ser piloto. Y poco mas de una década después lo consiguió, incorporándose la fuerza aérea soviética. Se casó con Valentina Goriácheva, una hermosa maestra de escuela de Leningrado. Eran tiempos en que el Sputnik 1 y 2, llevaron a la perra Laika al espacio, convirtiéndose en el primer ser vivo en salir de la Tierra.
Para 1960 Yuri ya formaba parte de programa espacial soviético. Fué seleccionado de entre, un inicial de 3500 voluntarios. Sus notas y su físico eran perfectos. Además de tener un rostro simpático y risueño.
En fin, todos conocen la historia oficial. El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio, durante casi dos horas. Orbitó la Tierra y finalmente descendió en la Unión Soviética sin mayores contratiempos.
Hasta aquí lo que las "pedias" pueden decir sobre la historia del primer viaje espacial. Sin embargo, hay otros historiadores mas recientes y disidentes de la historia que dicen que en realidad Yuri se incineró en el ascenso y otros dicen que fue en el descenso. Que nunca volvió ileso del espacio y que fue reemplazado por un impostor traído de Siberia, muy parecido a Yuri, para no perder prestigio frente a los americanos.
Pero estas teorías carecen de rigor histórico y veracidad. Otros, los mas avezados en la materia dicen que Yuri, en determinado momento de la travesía, y después de comer, y probar que se puede comer en estado de ingravidad, dijo la célebre frase, "población del mundo, el mundo es maravilloso, cuidémoslo". Una gran verdad dicha en el momento y lugar mas apropiado para ser tenida en cuenta. Pero al parecer, después de esto, empezó el aterrizaje forzoso. Y no fue nada grato al parecer, y por lo que contó después el cosmonauta soviético, nada agradable. En determinado momento la nave perdió el control y empezó a girar de forma desquiciada, por lo que Yuri entró en una especie de ataque de pánico, que casi lo hace perder la vida. Sin embargo, después de unos diez minutos de pánico y locura, pudo controlar el aparato y direccionarlo hacia su meta.
Su aterrizaje forzoso lo llevó a caer en las afueras de Moscú, en unos campos alejados. Al disparar el paracaídas, Yuri aterrizó con gran destreza frente a una granja, donde fue recibido por una señora mayor y su nieta. La anciana al ver a ese ser vestido de rojo y casco, le preguntó si venía del espacio. Yuri respondió que si, pero que no se preocupara, que era soviético.
Luego vinieron las condecoraciones, los viajes alrededor del mundo, las peleas con su esposa, las infidelidades, el abuso con el alcohol, y finalmente la caída. La indefectible caída del homo soviéticus, en las fauces de su propio destino.
Pero según dice la leyenda, la noche anterior a su accidente, Yuri estaba reconciliándose con su esposa Valentina, a quien, a pesar de todo, aún amaba. Según versiones de allegados a la viuda de Yuri, éste le pidió perdón por todos sus deslices y le hizo prometer que si moría, se las arreglara para mandar sus cenizas al espacio. A Valentina Goriachéva esta petición no le pareció extraña teniendo en cuenta que ese viaje había sido siete años atrás el gran momento de su esposo, pero no le pareció del todo razonable y posible lograr eso. Yuri Gagarin le dijo a Valentina que cuando estaba orbitando el planeta de repente se sintió solo, y que miró la Tierra y se sintió tan maravillado que esa sensación se transformó en pena. Sintió que tenía una especie de epifanía o trance en el cual se sentía interpelado por una fuerza incomprensible. Una especie de energía le hablaba sin palabras, y mientras Yuri se daba vuelta para mirar hacia el espacio oscuro e infinito, esa "energía" sin palabras le hizo entender que la humanidad no estaba preparada para salir del planeta. Que debíamos esperar quizás un siglo para volver a intentarlo, pero que ahora no era nuestro momento de salir del cascarón.
Cuando Yuri quiso acordar, la nave había perdido el control, pero esa misma energía, lo ayudó a detener la nave, darle curso a la cápsula y poder llegar sano y salvo al país rojo.
Al otro día Gagarin y su copiloto Seryogin, cayeron en picada de su MiG-15, al parecer por una onda de aire provocada por otro avión. Pero hay tantas versiones como teorías puede inventar el humano. Están quienes dicen que lo mataron los norteamericanos y otros dicen que fueron los propios soviéticos.
Siguiendo con la linea que venimos planteando, existe la teoría de que esa misma voz que le habló en el espacio lo atrapó en pleno vuelo y lo hizo estrellarse, quizás por no haberle hecho caso a su petición de detener la carrera espacial cuando pudo. Pero eso es algo que está fuera del alcance de cualquier ser humano, aún así sea el mismísimo ideal del hombre comunitario soviético del pueblo. Y Yuri Gagarin cayó finalmente como cayó su ideal poco mas de veinte años después de su trágica muerte, llorada por todo el mundo.

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