martes, 22 de abril de 2014

Los ismos de maese alperovich


Había una vez un hombrecito pobre. Viajó a la gran ciudad y conoció su destino.
Trabajó como un negro varios años para ganarse un lugar.
Estudió derecho para no ser un asalariado toda su vida.
Para que no le pisen mas la cabeza con una bota.
Entonces militó con el incipiente radicalismo.
Luego se pasó a las filas del socialismo.
Para luego pasar al comunismo.
Pecó con el peronismo.
Murió de capitalismo.
Menemismo.

Pero un día este hombrecito renació.
No quiso saber mas nada de nacionalismo ni fascismo ni marxismo ni troskismo ni maoismo.
El existencialismo solo empeoraría la cosa. Ni que hablar de estructuralismo y pos estructuralismo.
Una breve etapa de anarquismo lo devolvería al apatismo, mas luego nihilismo.

Pintó la onda artística. Pasó por el renacentismo, impresionismo, modernismo, dadaísmo, cubismo, surrealismo, abstraccionismo, minimalismo, pero se perdió en los laberínticos ismos de su torpe confusión.
Tonto se sintió y se fué a vivir al monte.
Buscaría el renacer espiritual perdido del hombre arcaico.

El cristianismo lo llevaría al islamismo, para caer indefectiblemente en el vilipendiado judaísmo. Protestantismo, evangelismo, tampoco lo ayudarían mucho.
Apostaría a las religiones de oriente. Un poco de hinduísmo, budismo, sintoísmo, etc.
Hasta tendría su paso obligado por el satanismo.

Pero un buen día el viejo y cansado hombre se rendiría ante la evidencia que su mas grave padecimiento eran los viejos y olvidados ismos entonces moriría simplemente de Fatalismo.

finale.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ESPERO QUE NO SEA UNA UNA IRONIA PERSONAL... jajaja, despues de la cena inmortal...

Anónimo dijo...

Nooo, no seas persecuta y paranoide