martes, 22 de abril de 2014

Cuarteles de invierno



Se viene el frío, el rudo invierno austral, bipolar, binaural. Por ende) cotejo todo lo necesario para la fuga inminente.
Quizás debamos dejar todo y partir a tu casa en el Sur. Refugiar nuestros amor de toda maldad urbana.
Vivir como dos jubilados, entre libros, películas, guitarras desafinadas, fogones, montañas, lagos, bosques, hijos, comidas ricas.

Hoy me siento mas cerca del escape final
.

Camino por el otoño porteño y ya se fueron todos. Los amigos, los poetas, las musas, la belleza.
Suenan en mi equipo de música Los hijos del Sol haciendo Linda muñequita, una cumbia peruana de los 70s que sonaba cuando torturaban a los amigos perdidos. Como los amigos perdidos de ahora. Ellos tiran tiros, nosotros tiramos la goma. Todo se vuelve huracanado entonces. Dorothy sobrevuela Gonzalez Catan con su perrito, con sus zapatitos rojos. Es la muchachita del oriente que siempre sonriente viene a bailar.

Murió García Márquez.
Cuando me muera quiero, haber nacido antes y que me consuelen con un rock y un charuto.
Quiero que todos salgan corriendo a comprarse mis obras completas. Aunque sean inconseguibles.
Que editen toda mi bibliografía en libros de tapa dura y la gente pida con gran fruición mi libro mas recordado y que se agote rápido en todas las librerías de Buenos Aires. Que tengan que pedirlo de afuera.
Quiero la gloria absoluta y a la vez la total ignominia y olvido total de sus mentes caníbales, sedientas de cerebros fugados y otras cosas.

En estos momentos me surgen los flashes literarios mas recordables del año.
Por eso es cuando me recluyo.
Es cuando hago Cuarteles de invierno.

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