viernes, 30 de agosto de 2013

Waiting for the sun



Estamos esperando el sol. Esperamos el calor. Estamos esperando que llegue el verano.
Queremos viajar. Queremos meternos al mar. Queremos comer asado y sentir la brisa estival.

Somos criaturas nacidas en el cono (culo) del mundo. En la punta sur del planeta.
Tenemos frío la mayor parte del año. Hay muchas nubes que nos tapan el sol. Llueve.

Por eso cuando llega el calor elevamos una alabanza al soberano astro de las bermudas y las mayas.
Amamos los veranos porteños. Las playas inexistentes de la ciudad y el calor pegajoso de las sábanas.

Somos así. Amantes frustrados del verano. Somos los novios celosos del verano. Los resentidos de los países cariocas. Solo una nube de humedad en nuestro eco sistema nervioso puede hacernos amar el invierno.

Por eso. Que reine el verano por siempre. Nuestros almas de fuego migrarán con el primer atisbo de frío hacia las doradas tierras y manzanas del sol.


lunes, 26 de agosto de 2013

¿Que hiciste en estos últimos diez años?



Así me increparon con total descaro. En los últimos diez años probablemente no hice mucho. Quizás no hice nada relevante. Tal vez me haya rascado mucho las bolas y me haya hecho mucho la paja. No lo sé. ¿Que significa hacer algo? Dormir, comer, cagar, bañarse, ir al médico, al cine, a pasear, a jugar al fútbol, andar en bici... No creo que valga como haber hecho algo.

Pensaba poner una lista con todas las cosas que hice en estos últimos diez años. Pero la verdad no siento que tenga que rendirle cuentas a nadie respecto a mi vida.
Básicamente estos últimos diez años me dediqué a vivir mi vida. Y es lo que pienso seguir haciendo.
Adieu.


martes, 20 de agosto de 2013

Un día en la vida


Estoy sentado en un banco de plaza, pero frente a un shopping. La gente entra y sale del mismo. Pienso en lo que podría comer si tuviera hambre pero no la tengo. Solo tengo remordimiento y culpa. Los vestigios de una pelea en el colectivo y una inseguridad latente respecto a mi porvenir laboral. Sigo mirando a la gente. Ellos no tienen problemas. O si. Pero vistos desde afuera, son gente común, sin problemas, que pasea, va al cine, miran una peli, salen, van a cenar, se llenan, gastan plata, entran a la librería, se compran libros, pasean por ahí, vuelven a sus casa, hacen el amor, garchan, miran la tele. comen un tentempié, toman agua, miran otra peli, duermen, sueñan con sus amores inconfesables, se despiertan... etc.

Yo sigo mirando gente que pasea. Algún que otro borracho y un empleado de seguridad que inmediatamente arma todo un operativo alrededor de algún pobre croto solo porque está aburrido. Para que el tiempo pase mas rápido. Cuando trabajamos queremos que el tiempo pase rápido, ahora cuando encontramos alguna cana nueva o arruga que antes no estaba ahí, queremos que el tiempo sea lento. El tiempo es veloz, y a la vez no lo es. Está todo el en la mente decía Harrison.

Un niño pasa con su padre de la mano frente a mi. Es el mismo niño de la semana pasada, o quizás es otro, pero hace lo mismo que el anterior. Juega a pisar las luces azules que surcan el piso del Village. Como si al pisarlas se apagaran. Uno de chico vive en micro mundos de fantasía donde cada uno impone sus propias reglas. Luego llegan los adultos con sus vidas amargas y frustradas y te cagan la milanesa. Te quieren convertir en uno de ellos. Le quitan todo lo misterioso y mágico que tiene el mundo.

Yo sigo mirando gente que pasea...


miércoles, 14 de agosto de 2013

The roaring twenties


Se terminan los "salvajes veintes". Es el final de los "años locos". Los ajetreados, movidos, divertidos, alocados y desatados años veinte llegan a su fin después de una década de mucho rock and roll.
Mi sistema nervioso se encuentra un poco mas alterado. Mi estomago y pancreas un tanto mas dañados,, lo mismo que el bueno de mi hígado encebollado. Los pulmones un poco mas negros pero nada mas...
Algunas neuronas mas, otras menos, pero sin embargo, aquí seguimos dándole sentido a una vida de no muchos excesos, que nos trae el regocijo eterno de vivir en un mondo bizarro sin fronteras ni límites.
La libertad absoluta de la que hablaban los indios e hindúes es quizás algo así como una utopía metafísica inalcanzable, pero la búsqueda continua de mi destino es un magma perpetuo de animosidades y luchas intestinas continuas, contra ruedas de la fortuna y otras voluntades antagonistas que nos pone el desatino.

Solo puedo decir que sé que llego un poco mas gordo, un poco mas cansado y un poco mas sordo a los 30 de lo que fue a los 20. Sin embargo también llego un poco (poquísimo), pero poco es mucho en esta vida, mas sabio que hace diez años y con responsabilidades que me obligan a tomar el volante endemoniado de mi vida. Que exuda rock y pasión, romanticismo y cataclismo. Todo solo y junto en uno mismo. Que soy yo.

¿Que me deparará la vida dentro de diez años cuando este por cumplir 40? Solo Dios sabe nuestros destinos. Yo prefiero que la vida me sorprenda por lo general.