jueves, 20 de noviembre de 2014

barrock 1972-1982-201?

Dos postales de una época diferente y a la vez contemporánea. Cuando pensamos en los setentas u ochentas, nos encanta pensar que fue hace mucho tiempo, sin embargo en la línea de tiempo de la humanidad (ni que decir del planeta), es muy poca, nada diría. Si por otro lado nos ponemos a pensar que el tiempo es una mera construcción de nuestra psique neurótica que no tiene asidero comprobable, entonces podríamos decir que sucesos como el Barrock del 72 o del 82, están sucediendo en este mismo momento, y que mañana volverán a tocar desde Sui Generis y Pescado rabioso hasta Riff y V8.
Pero nada es nunca lo que parece. La línea temporal con la que la cultura occidental es una mera construcción arbitraria y caprichosa de la que podemos llegar a depender hasta de un modo sintomático. Hasta muchos estarían dispuestos a dar su vida por recuperar tiempos ridículamente considerados perdidos. Proust se equivocó fulero. El tiempo no se pierde jamás, simplemente porque no existe. Lo que pasó pasa y pasará y nada importa en realidad. No hay que recuperar un carajo! diría el tuerto Willy.
Nada es tan importante como uno piensa. Empezando por uno mismo. Hay que vivir haciendo payasadas para meterle la solemnidad en el hoyo al reloj de tu cocina y celular.