domingo, 15 de septiembre de 2019

33 canciones por minuto



28) En el 2011 habíamos armado una bandita de amigos, una pareja amiga y una chica en cuestión. Más allá de haber terminado siendo una mezcla de Mamas and the Papas y ABBA con un poco de Fleetwood Mac en cuanto a relaciones amorosas de por medio, la cosa (que duró dos o tres meses) estuvo buena como experiencia en sí.
Nos dedicamos a tocar covers en un cuarteto acústico. Mi amigo tocaba la guitarra criolla, las chicas coros y guitarras ocasionales, yo la percu. Sin embargo, cada uno se practicó un tema y lo cantó. Mi amigo cantó "Garden of serenity" de los Ramones, las chicas "Jesus loves me" (Cocorosie) y "Hot Rod mama" (T Rex), yo "Lotta love" y todos la cumbia noventera "Vienes y te vas" de La base.
Tocamos una única vez en un centro cultural trosko de Lanús. Como dije la experiencia fué única y gratificante. Nunca me sentí tanto un "rockstar" como aquella noche y eso que me equivoqué en la letra de la canción por los nervios. Tocamos los cuatro sentados, rodeados de velas y con imágenes de la película Fantasía de fondo. Todo un happening al viejo estilo hippie, como diría Abraham Simpson.
Todas las canciones del repertorio me recuerdan a aquella noche mágica, pero la que canté yo (la vieja canción setentosa del bueno y querido Neil Young) quedó implicada más sentimentalmente en mí. Sin saberlo o reconocerlo del todo, se la estaba dedicando a la chica de la banda con la que cantábamos. Ella lo suponía, yo sabía que lo suponía y así y todo, ese romance breve duró lo que duró la propia banda. Esa misma noche, después de tocar, nos volvimos juntos en el colectivo 15 y nos bajamos en la plaza de Congreso. Fuimos a su casa y cogimos por última vez.
Al otro día casi me saludó con un apretón de manos y aunque me la cruzaría por la vida algunas veces más nunca se planteó volver a estar juntos. Ella todavía estaba saliendo de una relación. Yo no, la esperaba y por eso mismo la cosa no pudo seguir porque todo indicaba que se terminaría con un corazón roto, el mío.
Lógicamente la banda se extinguió después de ese debut y despedida, y no poco tiempo después la pareja de amigos también romperían. La banda dio demasiado, tanto que nos aniquiló nuestra propia pasión desatada. Sin embargo, creo que los cuatro recordaremos esa noche de finales de Septiembre de 2011 toda la vida porque, de hecho, fue una noche de pura magia y expectativa.

No hay comentarios: