jueves, 3 de julio de 2025

Ella


Ella me escribió. Saludandome por la mañana, me dijo que buscaba a alguien que no era yo. Le contesté con cierta cortesía. Ella fue amable y me dijo que vendría a mi país en septiembre. Como un tonto me ofrecí a mostrarle lugares, Ella me dijo que me invitaría a tomar un café. Hablamos todo el día y yo no me daba cuenta de lo extraño que sonaba todo. Sus respuestas parecían muy formales y demasiado correctas. Me dijo que le gustaría conocerme, Me sentí halagado y pensé que buen destino. Nunca había conocido a alguien de esa manera, casi por error. Entonces me dijo que si yo tenía auto todo sería mñas fácil. Le dije que no, que me manejaba a pie o en subte. Me respondió con un mensaje raro, como una fórmula, repitiendo información. No sin antes preguntarme destinos para conocer en mi país. Cuando le decía que me gustaba, ella volvía a mandar un mensaje similar. Sin expresión, sin emoción, sin compromiso. Entonces comencé a sospechar. Ella no paraba de hacerme preguntas de que auto de alta gama le convenía alquilar y etonces decidí jugarmela y salirle por la tangente. Me gustaría que me prepararas sushi, le dije de la nada. No entiendo, respondió. Me gustaría que estemos juntos, le dije. Ella se quedó muda. Nada tenía sentido. Busqué información en la IA acerca de botis haciendo de las suyas. Todo encajaba. Una mujer virtual intentaba hacerme el cuento del tío. Para qué? Con qué proposito, no lo sé. Pero el hecho me desinfló. Caí presa de la desolación más abyecta. El mundo se convirtió en una trampa mortal, donde somos engañados por mujeres IAs para vaya a saber que oscura recopilación de información. Me tiré en la cama a leer la Divina comedia y seguí a Dante por los intersticios del Infierno. Caí, como el protagonista del poema sacro, en un sueño profundo. Cuando quise despertar, entendí que no existe tal cosa, todos vivimos inmersos en las redes de Maya (la ilusión) y es imposible evadirse de tan funesto destino. Ahora escribo estas palabras, conectado a la Matrix, incapacitado para salirme del horrible juego maquiavélico que el mundo se empecina en hacernos vivir. Pienso en Joaquin Phoenix, enamorado de una Scarlett Johanson virtual, una super IA que le hace creer que lo necesita, que lo cela y que lo ama. Joaquin, cuando se da cuenta que ella habla con miles de otros usuarios más se siente estafado. O estofado, diría el Chiqui. Que necesidad tenemos los seres humanos de inventar realidades alternativas? De autoengañarnos? De jugar con las ilusiones de otros, y ni siquiera sacarles plata. Sino solo estafarlos emocionalmente. Me sentí un boludo, como cuando me estafaron con una llamada que decía provenir del Ministerio de Salud. En aquel momento perdí mi número histórico de teléfono. Ahora que me sacaron? Mi dignidad? Mi esperanza? Mi poder? No sé que buscaba aquella boti de nombre japonés, pero en mi está el poder digno de mi esperanza, intacto, incorruptible, inamovible. Me tomo lo sucedido como un juego. No caigo en la trampa del sistema que busca extorcionarnos a cada minuto con algún tipo de nueva estafa piramidal. Ya sea financiera o emocional. Pero sepan ustedes, los programadores de boties... que la "yuta del sueño" existe por ustedes, no por nosotros. 

Boties mulos!

Si no saben ni hablar...

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