martes, 23 de abril de 2024

Los Argentinos en la Luna...

 

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Los cinco hombres no estaban en Marte, tampoco estaban en Saturno. Ni siquiera en Plutón. Podríamos decir que los cinco Argentinos o Rioplatenses, estaban en Dagón. No existía indicio fehaciente de que alguno de ellos fuera un jedai, sin embargo, todos tenían muy claro que fuera cual fuera su siguiente paso, tenían poco margen de error. 

Federico comandaba la operación con ojo de águila. Sus compañeros lo llamaron el Cóndor cordobés. A su lado estaba el siempre elocuente Lino, porteño sagáz que sus compañero llamaban la Urraca porteña. Por otro lado, el experimentado y maduro tiíto López, que sus compas llamaron el Chimango tucumano. Trafalgar era único en su especie, el más idóneo de todos. Le llamaban el Faisán rosarigasino. Por último y no menos importante, el siempre ácido Nelson, que había conseguido el apodo del Zorzal charrúa. 

Apostados a uno de los límites de la banda principal que daba a la estación de tránsito de Dagón 6, donde un yanki megalómano llamado Elon Douglas se jactaba de ser el hombre más ingenioso del condado de Madchester. Secundado por un traidor a la patria, oriundo del talar, el león herbívoro, doctor en mentira, actuación y cringe; dr. Xavier. Elon y Xavier habían sido los principales culpables del boicot a la Nación Argentina que surcaba la galaxia conocida por el hombre en busca de un nuevo hogar. Ellos se encargaron de difundir una falsa información para que los argentinos cayeran en la trampa, creyendo que iban a estar mejor en Rig 4, un satélite muerto. Y como a veces los argentinos tienen la tendencia de seguir información falsa y si además andan con la autestima un tanto baja entonces peor aún. Vuelven a seguir a líderes mesíanicos que proponen fórmulas caducas que nos llevaron a la ruina, y para cuando se dan cuenta del error ya es demasiado tarde. Pero Federico y su troupe están determinados a romper con ese círculo vicioso de su pasado histórico y de su ADN nacional. 

 Caminaron sin reparos hasta la hondonada que dejaba ver la base espacial del yanqui y el traidor a la patria: Elon y Xavi. Pero la pregunta era ¿Cómo harían para descomponer toda una lógica cuasi milenaria? La respuesta era tan simple como clara: destruyendo la moral de sus enemigos, como siempre habían hecho los anglosajones con ellos a lo largo de toda la historia.  

El boicot argentino comenzó esa madrugada del 3 de noviembre del 2810. Plus sonaban las campanas tubulares del convento cercano de San Miguel Campoviejo (Saint's Michael Oldfield). Era la señal para los argentinos. Dos por la derecha, dos por la izquierda. Uno al centro, encarando su destino con estoico temple. 

BZZZZZZZZZZZZZZ

Hello there

Hell here

Gatubela es Catwoman. 

La puerta se abrió de forma parsimoniosa y Federico contempló las veleidades del fandom suculento. La estación espacial Clifford Simak estaba en estado de negación. Una imagen caótica de destrucción e impericia reinaba en el lugar. Federico siguió avanzando por el pasillo hasta llegar al trono de musk. Allí se erigía una gran torre de estaño que habían construído los yanquis para honrar su pasado masónico, pero toda esa simbología rimbombante ya no impresionaba a nadie. La cultura anglo había caído en desgracia en los últimos siglos por desgaste, por cansancio, por aburrimiento. Porque ya no tenían nada para ofrecer a la humanidad aparte de miseria y superficialidad. 

Pase señor pase (En Castellano en el original)

Buenos días. Me llamo Federico y vengo a pedir audiencia con mr. Elon.

El hombre sobre el trono con forma de pirámide miró a un petiso de cara roja y melena alborotada, de cuerpo fofo y mirada advenediza. Rieron cómplices y el melenudo hizo un gesto afirmativo al del trono quien se presentó ante Federico como el rey Elon III de antigua Babilonia. Volvieron a reirse enter ellos mientras algunos pocos soldados norteamericanos se miraban indignados. 

Federico sonrió también con ellos y habló con clara determinación. 

Vengo en son de paz, para avisarles que Argentina no necesita ningún planeta violeta, ningún sAint Tropez ni nada por el estilo. Nos supeditaremos a nuestro satélite infertil. 

Elon y Xavi volvieorn a mirarse con ganas de reirse a carcajadas. Se tapaban la boca como dos nenitos chiquititos que hubieran hecho una picardía.

Ahora parto a mi morada no sin antes darle las gracias a Xavi por el buen dato que nos pasó. 

(Guiño de ojos)

Adiós. 

Federico se dió la vuelta y desapareció tras enorme portico. Elon miró con sospecha a Xavi que reía nervioso. 

¿Que fue lo que le dijiste a ese? 

Nada, miente, no le dije nada...

¿Son un doble agente Xavi?

Noooooooooo jefecito, como piensa eso. Usted es lo más importante para mí. Usted es mi ídolo. 

Elon apartó la vista hacai el otro lado con notable desagrado en su rostro. 

Federico se reencontró con los otro cuatro dos horas después en la nave. La semilla de maldad había sido implantada con éxito. Sólo faltaba un último detalle y se terminaría la primera parte del plan. El resto había cumplido con su parte del plan. Sólo restaba esperar la cosecha. 

Desde su nave, los cinco amigos conversaban mientras preparaban un vacío con vino de la casa. Como no podían jugar uhn picadito, podían practicar un 25 o el loco. 

No habían terminado la siesta cuando un caballero con escafandra y los colores rojos, azul y blanco se llegó hasta la puerta de la argentina nave. Era un emisario que venía a comunicar que los sudamericanos estaban invitados al castillo del gran Elon. 

Grande fué su sorpresa cuando vieron que Xavi ya no ocupaba la derecha del señor todopoderoso. Ahora se arrastraba con la servidumbre, sumiso y con la lengua rebanada. Podía estar contento de que lo le hubiera cortado otra cosa más, sólo por el gusto de humillarlo. El tiempo de Xavi el traidor había terminado. Ahora Elon tenía un subdito colombiano o chileno, igual de lamebotas que Xavi pero sin siquiera un poco de gracia. 

Apelo a la buena voluntad de estos bravos elementos argenteos...

Y un yorugua...

Si, bueno, lo que sean... Reconozco su valía. Sobre todo por haber venido sin ningún tipo de historia y haberse puesto a nuestra altura. Sabemos reconocer a un pueblo digno de respeto cuando lo vemos. Pero aún tienen mucho que aprender. Yo no busco la gloria para mi país, nosotros queremos nuestra gloria solo para nosotros. Pero si ustedes se creen tan nobles como dicen ser, entonces les propongo luchar por este planeta.

¿Luchar?

Jajajaja sí, ¿que pasa? Ya no se sienten tan compadritos como dicen ustedes. Bueno, con luchar nos referimos a una competencia. 

Federico sonrió para sus adentros. 

Digamos un partido de cualquier deporte con pelota. Una partida de ajedrez y... una lucha en el cuadrilatero. Pueden competir todos pero para el ajedrez y el boxeo tendrán que elegir un campeón. 

Federico dio un paso adelante. 

Te reto a vos, Elon tercero en discordia e ignominia. Nunca serás tan grande como crees. Te reto a un combate de los jefes por la poseción absoluta del planeta. El perdedor, a la Luna de Valencia! 

Elon se quedó mascullando enojo. No estaba acostumbrado a que sus enemigos tomaran la delantera. Eso lo agarró por sorpresa pero rodeado como estaba por sus militares, sus marines, ya no podía echarse atrás. 

Acepto siñor Federico, cuando guste. 

Federico es como me dicen mis amigos. Para usted soy el Cóndor cordobés.

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