domingo, 30 de agosto de 2015

¿En la sangre?

Ahora que mi hija se fue quedé solo y me encuentro otra vez sumergido en la mas abyecta de las soledades humanas. En los últimos años perdí a la mayoría de mis amigos, que eran de por si ya bastante pocos, y mis relaciones colapsaron con un estruendoso fracaso uno atrás de otro.
Vivo solo, casi nadie viene a visitarme y ni siquiera un amigo que está igual que yo, tiene ganas de que nos juntemos para al menos congraciarnos en una nuestra situación. ¿Que puedo hacer? Creo que mas allá de que la sensación de soledad sea inherente en todo ser humano, lo que vivo en este momento de mi vida me parece por demás un poco injusto. Si bien creo que yo hice bastantes cosas para estar así, no creo merecerme sentirme un paria así. Entonces pienso en todas las maldades que hice, todas las inequidades, todos los enojos y actos de infantilismo que me llevaron a sentirme tan abandonado por el mundo y se me ocurren algunas cosas.
Si bien creo que es algo que arrastro casi desde pequeño, en los últimos años se han acrecentado en mi las actitudes mas despreciables como la susceptibilidad, la posesión, los celos, la envidia, la sensación de fracaso, la pena por mi mismo, la ira, la tristeza, la intolerancia y la violencia mas horripilante. En mi familia hay antecedentes y algunos dicen que puede ser herencia psicológica, que busque en mi árbol genealógico, y entonces podría encontrar casos similares en mi linea paterna. Cabe pensar que siendo esto así, no tengo escape. Estaría signado por el ADN, la herencia, la sangre, y de la sangre no se escapa. Entonces ¿estoy condenado a este futuro negro? Un futuro donde no puedo relacionarme bien ni con amistades, ni parejas, ni siquiera con la gente que transita por la calle. Un futuro de soledad absoluta. ¿La solución? Irme a vivir a una isla desierta o perecer, abandonar el partido, tirar la toalla, estirar la pata, la autodestrucción.
Es triste pensar en estas dos opciones, sobre todo porque la primera me parece casi imposible, sino la tomaría sin problemas. La segunda, mas terrible, es también mas accesible. Pero al menos por mis padres, hermano e hija, sería una putada. Tengo al menos cuatro personas que sufrirían por esa decisión. Una mala, horrible decisión. Pero que a veces, ante la perspectiva de un futuro solitario, triste, apagado, sin amor, veo como la única opción viable para la supresión definitiva del dolor que sufre mi alma de acá a un tiempo.
Todavía me aferro a los pocos afectos que me quedan y por mi parte prometo poner toda la mejor voluntad para revertir esta situación tan dolorosa para mi. Pero no se cuanto tiempo aguante la cordura de mi psique. Ojalá que tire mas, lo mas que pueda. De momento tengo toda una biblioteca con libros hermosos que espero poder leer antes de partir, ojalá encuentre mi eje antes de que me haya leído todo.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Del mirar la luna fijamente


Ya en tiempos de los antiguos griegos, aquellos de los tiempos mitológicos, que se consideraba a la luna como una influencia digamos mágica sobre las personas.
Aquellos que dormían a la intemperie bajo los rayos lunares o aquellos que se quedaran mirándola fija toda una noche, mientras lleva a cabo su caprichoso periplo por el espacio, sentían después una extrañeza difícil de explicar. Como si su humor hubiera cambiado. Y no siempre para bien.
A la luna se la solía asociar con los cambios abruptos de ánimo, mal humor, descortesía, bipolaridad e histeria. También, muy asociada a las mareas y la influencia que ejerce su gravedad sobre las misma, generando la bajamar y pleamar, metonimia exacta sobre la psicología femenina.
De hecho la luna y la mujer fueron asociadas siempre. A la luna se le dio históricamente un carácter femenino y al sol uno masculino. El sol, símbolo de pujanza, vitalidad, puntualidad, energía, calor, fuerza, luz y a la luna como símbolo de blancura, palidez, capricho, oscuridad, melancolía, etc.
Puede ser uno de los motivos por los cuales se asocia quizás a la luna con la mujer, y su carácter caprichoso y misterioso como influencia peligrosa para los despreocupados aventureros nocturnos. La locura lunar es un mal que solo se cura con la salida del sol. De ahí los lunáticos. La gente nocturna influenciada por la noche también son los locos, los que trabajan de noche, los artistas, los conflictuados, los melancólicos, los tristes, los románticos...
Ahora todo lo dicho anteriormente quizás no sea mas que absurdos recuerdos de una pasado lleno de mitos y superchería, pero lo que si estoy de acuerdo es que la luna, siempre y no se por que, guarda un halo de misterio incomprensible a su alrededor. Quizás por que nos sea el pedazo de tierra flotante mas cercano, quizás por su color pálido y triste, o simplemente por que su cara pozeada nos observa desde tiempos inmemoriales y nunca cambia el rictus.
Pero hagamos la prueba. Miremos mas fijamente a la luna, esa misma luna que los griegos, egipcios, y otras civilizaciones aún mas antiguas y de las cuales quizás no quedó ni registro, observaron con misma pasión y misterio. Hoy la observé, desde el tren, a la tarde y estaba ahí, suspendida en el cielo, camuflada en la bóveda celeste y las nubes blancas.
La luna vieja y querida. Que fenómeno.

martes, 25 de agosto de 2015

Nuevos trapos

Me pediste que te escribiera una carta... En realidad no me pediste nada. Nuevamente me encuentro mas solo que Stalin o Hitler el día del amigo. De hecho ellos tenían bocha de amigos mas que yo seguramente. Pero eso no viene al caso.
Al caso en cambio, si viene el hecho nada menor, que otra vez escaparon de mi. Huyeron de mi como si fuera la personificación misma del mal. Y quizás lo sea. Aunque no lo creo del todo. Creo que hay gente mucho peor que yo. Gente mucho mas loca y conflictiva que yo. En fin, creo que no soy tan mal tipo. De hecho creo que soy un buen tipo. Es mas, los que me abandonan, son los primeros en reconocerlo. Pero estamos todos tan locos, somos todos tan neuróticos e histéricos, tan gata floros, tan acomplejados, tan cobardes, etc, etc, que no lo perdonamos ningún defecto al prójimo.
¿Ah sos celoso? Curtite, que dios te ayude. ¿Ah sos medio calentón? Curtite man, que dios te ayude. No importa nunca si por otro lado sos el tipo mas caballeroso, considerado, afectuoso, buena onda, divertido, gracioso, regalero, compañero, escucha, buen amante, lindo y encima interesante desde cualquier plano y punto de vista intelectual y cultural. No! ¿Tenes un par de complejos? Listo, curtite, no te banco una.
Entonces lo único que me queda es la soledad mas miserable. Estar solo. Ya no esperar conocer a esa persona especial que pueda formar con uno algo lindo. Algo bello que nos haga bien a ambos. Alguien que le ponga onda, que le ponga alegría, amor y belleza a la cotidianeidad mas chata. Alguien que se complemente con uno desde lo productivo. Alguien que sea feliz y que tenga ganas de vivir, de amar y ser amado. Alguien que quiera viajar, compartir músicas, fumar porros, garchar, mirar cosas lindas, pasear, ir a museos, salir a comer afuera, bailar, tener mascotas, una casa linda para compartir, salir con mi hija, quererla como propia, y sobre todo que tenga ganas de hacer cosas y contagiarse todo el tiempo una buena energía con el otro.
Eso quiero. Ni mas ni menos. La casa, los hijos y todo lo demás, vendrá luego si quiere venir. No tengo apuro. Pero en si quiero alguien con quien compartir mi vida feliz.
¿Es mucho pedir? Realmente... quizás lo es. Pero no creo.